Una pestaña de silencio barroco se desliza simultáneamente,
alada y reflexiva en el costado vibrante de rápidas cosquillas.
En los primeros parpadeos, ¿no siente también miedo a la luz? Luego, sonriente,
inocente y esculpida con rostro de versos, ilumina con fervor
una pegajosa geometría donde se posa en la memoria
cinematográfica de arañas sanadoras.
Asciende por el sol, el rey de debates resonantes,
desvelando adjetivos despreciados;
en el círculo de la noche tibia y densa,
busca una realidad verbosa e insospechada que, desde su
figura monástica, disuelve su indeciso existir.
Pestaña serena, colorida, ¿camina en puntillas hacia qué sueños?
Hacia el rescate de un frío platino,
constante y auténtica, insólita y recordada, ahora
percibe el vigor amortiguado de las almas que, con su frescura,
no provocan la oscuridad desdichada del rencor.
Pestaña equilibrada en la era de la perfección, a mil grados
centígrados de su agitación, reclama la perpetuidad multiplicada
de culpas y en las virtudes del sonido meticuloso que alberga
en su pecho, como un adorno enrejado en la mancha fluida del beso,
vacío de penumbras, pronuncia su último discurso de certezas juradas
en las ranuras sutiles de la intransigencia. ¡Oh, pestañas que se transforman
desde adentro para renovar su inspiración poética! Pestaña léxica de sabor único,
¿quién más podría desafiar miedos en la manivela de un beso tan acusador?
- Autor: Ivette Mendoza Fajardo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de diciembre de 2024 a las 13:25
- Comentario del autor sobre el poema: Poesía Experimental Vanguardista
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, La Bruja Irreverente, Mauro Enrique Lopez Z., El Hombre de la Rosa
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