ROMANCILLO DE LA AGUADORA Y EL ARRIERO

-Gallarda mozuela

que a la fuente clara

con el cantarillo

vienes a por agua;

¡Mírame! que vengo

de la lontananza

y del polvo llevo

seca la garganta,

dame solo un sorbo

que apague estas ansias

que en mi interior arden

cuando paso, y pasas,

yo, hacia mi trabajo

y tú, hacia tu casa.

- La fuente es de todos

lo mismo que el agua,

mocito moreno

de la lontananza.

Baja del jumento,

moja tu garganta

en la fuente alegre

con aguas que cantan,

y dale a tu burro

-cansado de carga,-

del abrevadero

sus aguas más cárdenas.

- Te admiro y me ignoras.

¡No seas tirana!

-Mocito que vienes

de la lontananza,

ya moza no soy,

soy mujer casada

y el hombre al que yo amo

está en mi morada.

Y allí, están mis hijos

que esperan el agua.

Sigue tu camino,

y busca otra enagua

de corazón libre

para tu prestancia.