LA GRANDEZA DE LA HUMILDAD

José Antonio Artés

En los peldaños fríos de la escalinata,

donde el viento sopla sin alardear su paso,

camina un alma que nunca arrebata,

que siembra su luz sin ruido ni abrazo.

 

Es el andar de quien nada reclama,

de quien en silencio sufre y engrandece.

No lleva más peso que el alma que ama,

ni busca la cumbre donde todo perece.

 

No brillan las manos que rasgan la tierra,

pero allí su trabajo escribe su historia.

Manos humildes que memoria encierran,

son surcos abiertos de anónima gloria.

 

Los árboles crecen tocando los cielos,

sus copas en alto, pero raíces profundas;

aprenden que el suelo soporta sus vuelos

y que lo inmenso en su origen se funda.

 

Llegan los humildes, sin capa ni escudo,

con rostros de siglos y piel desgastada.

No cantan victorias, pero en lo menudo

sus vidas trabajan y alumbran la nada.

 

¡Oh, humildad, grandeza más pura!

Que nada pretende y todo construye,

que no deja huella en bronces ni altura,

pero el mundo entero en su pecho diluye.

 

 

José Antonio Artés

 

  • Autor: José Antonio Artés (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de diciembre de 2024 a las 14:34
  • Comentario del autor sobre el poema: En este poema intento reflejar una profunda meditación sobre cómo la verdadera grandeza no se encuentra en la apariencia o el reconocimiento público, sino en la sencillez, el trabajo callado y el amor desinteresado. Intento elevar a la humildad a un nivel trascendental, donde la ausencia de vanidad se convierte en la verdadera fuente de poder y luz.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 24
  • Usuarios favoritos de este poema: JAGC, Mauro Enrique Lopez Z., CARLOS ARMIJO R...✒️, Fabio Robles, EmilianoDR, Raiza N. Jiménez E.
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Comentarios2

  • ElidethAbreu

    José Antonio, gracias por tus letras sobre esa humildad que se hace escasa bajo el impulso de la prepotencia y el orgullo humano.
    Abrazos.

  • EmilianoDR

    Oh, humildad, grandeza más pura!
    Que nada pretende y todo construye,
    que no deja huella en bronces ni altura,
    pero el mundo entero en su pecho diluye.
    Gracias por compartir tu poema con esos excelentes versos.
    Saludos y gracias.

    • José Antonio Artés

      Como siempre muchas gracias por tu grato comentario. Saludos



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