Un hombre temeroso del hombre

Riavnuinir

señores, he muerto, porque perdí mi humanidad
solo me levanté, di un vistazo y me mataron
tengo que correr, lo que dan, es la impiedad
como civismo, es lo único que desarrollaron

vi una luz, la perseguí pero estaba oscuro
no iluminaba con su delicada emisión
se apropiaron, la observaron y con perjuro
dieron los avisos para crear una prisión

«el que no da nada a cambio de lo ajeno»
«es menos que un humano y una bestia»
su gentío consintió con ánimo sereno
fue el comienzo del horror sin molestia

las palabras del malvado son apreciadas
porque puede dar, porque puede vender
interioridad del espíritu con uñadas
lo verán como otro cualquier secreter

lo valioso de uno es cuantificado 
el espíritu se ha convertido en vacuo
la primacía de la pasión de lo vulgado
solo ha conseguido que es lo que evacuo

si uno no da, pierde su humanidad
no se puede parar, porque te vas
a caer al ojo de la mortalidad
solo verás y solo llorarás

permitimos que la falsedad nos contagie
su virulencia se refugió con entusiasmo
es más grato desconocer que nos plagie 
la ceguera nos ha otorgado el sarcasmo

¿Cuánto el humano tiene que dar para ser humano?
Esa respuesta solo los dan los dueños de esclavos
pensé que estaba presente en frente de ciudadanos
supongo, que ya no seré nunca más bienvenido

todo lo que damos no tiene valor
el consentimiento de todos lo decide
el espíritu como labor de tintor
abandonó por su trastorno esquizoide

le pidieron que valorara sin él
a la mundología  que le rodeaba 
llevado con violencia vio lo cruel
con lo poco que lo consideraba 

¡No saben ni vivir ni morir!
Ha proclamado la esencia
aguarda viendo si rehuir
o consumir penitencia

¿El resultado? El humano se convirtió en verdugo
está furioso buscando a los que no piensan como él
pues quien no se alinea con lo que cree es un tarugo
al que descubran, su cadáver de color buriel
solo será el trofeo considerado del verdugo

tengo que correr y no mirar atrás
los ojos de la vileza me persigue
retorcida, abstraída a su compás
no la veo pero sé que me sigue

Todo lo que deseaba era vivir en paz
es una pena, era lo único que tenia
que me hacia igual con lo personal
de los demás, ahora, nada se congenia 

la inclinación del hombre se ha descuidado
esa, la de superar la muerte en vida
no creer en nada sin crear ha convertido
al resuelto enfrentado al óbito en suicida

Así es la nueva vida
Así es la nueva verdad
Así es nuestra nueva caída
Así es nuestra nueva bondad

Ha hablado el hombre temeroso del hombre
vio la nueva evolución de la humanidad
que lo ha matado y lo ha vuelto un semihombre
mitad basura, mitad humano, frialdad
con la que le concedieron, un mero trasnombre

 

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