AGUA DEL GRIFO

Jorge Izquierdo

 

AGUA DEL GRIFO

 

Llegó el viernes y después de otra semana agotadora, un día más y por culpa de las inclemencias del tráfico, me veo sin poder permitirme el "lujo" de ir a comer a casa.

Pero bueno, por ser el último día, decido darme un pequeño homenaje y probar un menú un poquito más especial. Una de las pocas ventajas de mi trabajo es conocer dónde se puede comer bien por un precio moderado. Por otra parte, supongo que me lo he ganado pues, por ponernos en situación, el día anterior no hubo tiempo material de parar a comer. 

 

Allí estaba yo, segregado en un rincón, ocupando una de las mesas reservadas a los solitarios; disfrutando de un estupendo arroz meloso con setas y carrillera acompañado, ahora sí, de una buena copa de vino. 

Absorto con el puñetero móvil que ha decidido no pararse a comer conmigo sino, más bien, comerme a mí, observo de reojo que se sienta en la mesa de al lado un chico joven (tampoco es muy complicado ser más joven que yo). 

En seguida le vienen a tomar nota y pide:

De primero, Timbal de verduras gratinadas; de segundo, Bacalao al pil pil y de postre, Mousse de yogur con mango.

¿Y para beber? - Le pregunta la camarera para completar el pedido- 

Para beber…  Agua del grifo.

 

Al oír la propuesta del agua del grifo, he de confesar que, disimuladamente, me he quedado perplejo. No sé, supongo que estoy educado en otra dimensión, pero, qué menos que si decides beber agua en un restaurante, que sea por lo menos agua mineral. Sin desmerecer en ningún caso la  buena calidad del agua del grifo que disfrutamos por estos lares. 

 

Rápidamente aparece otro camarero que le trae el pan y un botellín de agua mineral. 

En mi regocijo, ya que me encuentro rodeado de una absoluta efectividad en todo lo que se refiere a la atención hostelera, pienso: No podemos ser siempre perfectos; esta vez, os habéis equivocado; ha pedido agua del grifo y le traéis agua embotellada.

Inmediatamente, el chico coge la botella y se la devuelve al camarero.

¡Perdona! -le dice- He pedido agua del tiempo y este agua está fría.

 

¡Agua del tiempo! ¡Había pedido agua del tiempo!

Yo elucubrando sobre el cambio de gustos y costumbres entre las nuevas generaciones y el problema era… mi creciente sordera. Supongo que son cosas de la edad, me consuelo (recordando que esa frase no se me aparecía desde la adolescencia). 

De una cosa sí que estoy seguro:

No podemos ser siempre perfectos…

 

          LUJITAR  (22-4-23)

 

Ver métrica de este poema
  • Autor: LUJITAR (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de diciembre de 2024 a las 20:13
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 16
  • Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, Soponcio
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.