Tu desatas remolinos en mi mente
y haces desbocar mi corazón,
como el viento que danza en el tiempo,
como el río que no se rinde al sol.
Tus ojos, dos estrellas inquietas,
navegan en mis noches sin fin,
y tus palabras, susurros de seda,
tejen un lazo que no tiene fin.
En el eco de tu voz encuentro
la razón para dejarme llevar,
desbordando mares de sueños,
trazando caminos al azar.
Tú, que desatas remolinos,
que enciendes tempestades en mi piel,
revuelves mis más dulces delirios
y hacemos el amor en versos de miel.
Si el tiempo es un juego travieso,
y el destino es un capricho fugaz,
quiero perderme en tu universo,
dejar que me arrastre tu paz.
Así, en este vaivén de emociones,
donde todo lo real suele confundir,
elevamos nuestras pasiones,
como el fuego que no deja de arder.
Tu desatas remolinos en mi mente,
y haces desbocar mi corazón,
un torrente de amor incesante,
un poema hecho de pura ilusión.
Andrea ©
- Autor: Andrea (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de diciembre de 2024 a las 15:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
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