Las horas enanas yacen
En la infección de mi paciencia.
Resulta desagradable
-hasta este punto-
El fastidio de la lírica terrena,
Aquella que nombran temblor
Como un eufemismo de su cólera.
Imagen tras imagen,
Conspiración tras conspiración,
Los otros -en masa- se inventan
Su propia versión del Apocalipsis.
La apertura de sus mentes es sísmica
Tal como los ríos que se pierden en el mar,
Tal como los muros que crujen y murmuran
Tras la histeria colectiva.
Sí, de estas horas enanas, pienso:
Este es el fin de la creatividad
Y el renacimiento del insomnio.
¡Bienvenidos sean, todos ustedes
a mi mente contagiosa!
- Autor: Salvador Galindo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de diciembre de 2024 a las 09:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Zasphis🦯, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR
Comentarios1
Conspiración tras conspiración,
Los otros -en masa- se inventan
Su propia versión del Apocalipsis.
La apertura de sus mentes es sísmica
Tal como los ríos que se pierden en el mar,
Tal como los muros que crujen y murmuran
Tras la histeria colectiva.
Un placer leer tu poema con esos excelentes versos gracias por compartirlo.
Saludos y gracias.
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