Soy estudiante, imbuido en investigaciones académicas.
Amalaya
Cerrando estoy el diario que un día abrí contigo,
porque con el silencio bastó para acabar...
ha sido un melodrama, recibe tu castigo;
y vuela donde quieras que es ancho y grande el mar.
En cada sentimiento diluyo la agonía
y a todas las mentiras le doy punto y final:
pues basta con decirte que el miedo y la alegría
navegan en silencio, buscando una señal.
Y así, como ellos buscan, busqué en el diario notas,
que hablaran y dijeran porqué se da este adiós,
mas, encontré figuras; figuras de gaviotas,
entonces y comprendo que fuimos sin ser dos.
Pasamos y pasamos como hace el caminante
sobre el mismo camino, distinta la intención;
y en ese descontento seguimos adelante
hasta que un día faltara desliz al corazón.
Y fuiste la primera que expuso su postura
después del mediodía, supuesto frenesí.
Dijiste que era tarde, que amar es de locura,
pero jamás dijiste que ella estaba en ti.
Y esa, esa fue la escena, la escena de este título.
Lo que creaste un día, del libro se borró...
por eso es que en mi diario yo escribo otro capítulo;
el fin y decisivo, «mi amor ¿qué nos pasó?»
Samuel Dixon
- Autor: Samuel Dixon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de diciembre de 2024 a las 12:16
- Comentario del autor sobre el poema: ¡Ay, amor! Eres todo y nada a la vez, me matas y me resucitas.
- CategorÃa: Triste
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Violeta, Freddy Kalvo
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