Fatídica tarde aquella
la sangre rodó
y creciendo como bola de nieve
traspaso las espadas fulgurantes
que protegían al paraíso
y a la cinco y treinta de aquella tarde fatídica
dejo de existir, aplastado por
la sangre de Abel
¡oh Caín! que nos ha hecho
nos ha dejado sin paraíso.¡
- Autor: mauro marte ( Offline)
- Publicado: 21 de diciembre de 2024 a las 22:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
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