Porque la tierra llama al mar,
Y el mar responde,
Con olas que acarician y fluyen sin cesar,
Creando música con cada choque—
Notas infinitas de súplica,
Pero ningún triunfo más allá de su conquista.
Atados en cadenas de ritmo perpetuo,
Se bañan bajo la estrella brillante—
La estrella de la vida que nos ilumina a todos.
¡Qué precioso es presenciar esta sinfonía:
Canciones antiguas de la eternidad,
Cantando juntas en el viento del mar!
Sí, el viento—el portador de mensajes,
Mensajes para que todos escuchen,
Jugando suavemente dentro de tus oídos.
Interpretado por cada alma,
Que oye una melodía distinta,
Moldeada por su estado de ánimo.
Escucho los sonidos silbantes y aullantes,
Sonidos desde lejos que hacen suspirar mi mente.
Resuenan profundamente en mi corazón,
Una melodía que siento dentro.
No hay trueno de actividades diarias,
Ni demandas de la tierra—
Es simplemente un tiempo perezoso para la mente y el alma:
Relajarse, disfrutar, estar en calma.
Sin límites, sin fronteras,
Solo la infinita alegría de la vida.
- Autor: Rick Robles (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de diciembre de 2024 a las 13:40
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, JAGC, Mauro Enrique Lopez Z.
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