Allá en la Puerta Jesús!!👶🔔
Era una noche fría de diciembre, y la villa dormía bajo el manto silencioso de la nieve. Todo parecía quieto, excepto por un niño que, solo y con la ropa gastada y mal ajustada, se acercaba al portón de una gran casa. Su rostro pálido, marcado por el hambre y la soledad, reflejaba una súplica silenciosa.
Con manos temblorosas y el cuerpo encogido por el frío, se detuvo frente a las rejas oscuras y fijó su mirada en las ventanas iluminadas. Dentro, las luces bailaban con el eco de las risas, y el aroma del festín de Navidad se filtraba hasta donde él estaba.
El niño, llamado Jesús, juntó las manos con timidez y murmuró una breve plegaria. Con un movimiento casi vacilante, golpeó la puerta con suavidad, apenas lo suficiente para hacerse notar. “¿Me dejarán entrar?”, pensó. “Solo busco un poco de calor, un pedazo de pan.” Pero nadie respondió.
Nadie oyó el toque débil ni se acercó para atenderlo.
Al otro lado del portón, el bullicio continuaba. Las copas de vino tintineaban, las risas llenaban el aire, y los ricos brindaban entre adornos de oro y cristal. Ajenos a la presencia del niño, seguían celebrando, disfrutando del calor del hogar y de la abundancia de la mesa.
Jesús suspiró y, resignado, bajó la cabeza. Sus pasos, descalzos sobre la nieve, dejaron un rastro leve que la noche pronto borraría. Se alejaba despacio, sereno a pesar de su tristeza. Sobre él, el cielo comenzó a llorar, dejando caer una lluvia fina que se mezclaba con la nieve.
La nieve comenzó a caer con más fuerza, cubriendo al niño con un manto blanco. La luna lo miraba, testigo muda de aquella soledad. Mientras dentro, el banquete continuaba. Afuera, el pequeño se recostó en un umbral, abrazándose a sí mismo para encontrar el calor que el mundo le negaba. Cerró los ojos, no porque quisiera dormir, sino porque así dolía menos.
Al amanecer, nadie oyó su voz. Nadie notó cómo la nieve había ocultado su cuerpo, como si la tierra misma quisiera protegerlo del olvido. Dentro, la casa despertaba a un nuevo día de abundancia, mientras la Navidad seguía su curso, ajena a la tragedia en su puerta.
Y allí quedó el niño, invisible, como un reproche silencioso a un mundo que había olvidado lo que significaba su nombre.
Nadie en la casa supo nunca quién era ese niño ni qué significado tenía su llegada. Nadie entendió que aquel pequeño mendigo que tocó su puerta no era solo un extraño, sino todos los niños del mundo, ejemplos de humildad y esperanza, rechazados en la noche más sagrada del año.
Este poema, en esta Noche de Familia, es un acercamiento a la Canción: Allá en la puerta un niño, se llama Jesús, este nombre sagrado lo han puesto los padres a muchos Jesús del mundo, para recordar a esa criatura que vino para darnos vida a costa de la suya.
He decidido colocar una imagen de un niños Jesús abrigado y protegido en Navidad, como es el deseo de todos los que sienten Humanidad en estas fechas.
- Autor: Ellie (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de diciembre de 2024 a las 10:05
- Comentario del autor sobre el poema: La Canción de Anthony Ríos nace en zona tropical, donde las navidades no son heladas y en ella noche era fría, tanto que la luna parecía estremecerse tras un manto de nubes. Junto a la puerta de un hogar dorado, un niño permanecía de pie, el frío devorándole los pies descalzos y el alma. Su mirada, tan serena como rota, se alzaba hacia las ventanas iluminadas. Dentro, las risas brotaban como ríos de abundancia, manjares cubrían la mesa, y las canciones flotaban cálidas en el aire. Pero afuera, él era sólo un eco ahogado por la indiferencia. Golpeó la puerta con dedos entumecidos. “¿Quién es?”, resonó una voz severa desde el otro lado. “Soy un niño… Jesús. El frío me arrastra y no tengo a dónde ir.” Un silencio helado respondió, seguido del chasquido de un cerrojo que se cerraba con fuerza. El niño esperó. Tal vez alguien abriría. Tal vez la bondad despertaría. Pero no. Sólo el viento acudió a su llamado, silbando entre las grietas de la riqueza y la indiferencia. Acojamos en estas fiestas a los desamparados de la vida y pensemos que cada un niño… es Jesús y pide su aguinaldo a la HUMANIDAD.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: JUSTO ALDÚ, Alexandra L, Lualpri, Josué Gutiérrez Jaldin, Antonio Martín, Willie Moreno, Soponcio, Pilar Luna, Enrique Fl. Chaidez, Rafael Escobar, El Hombre de la Rosa
Comentarios5
Que pases una feliz navidad.
Feliz Navidad mi querido poeta y amigo! Que pases estas fiestas junto a tus seres queridos con mucha paz.
Abrazos.
Que hermoso , que siempre esa puerta esta abierta besos mi Eli.
Muy profunda reflexión... La navidad es eso; recordar la venida esperanzadora del niño Jesús que luego se sacrificaría por todos nosotros; y reconocerlo en los niños y en las personas necesitadas, tanto en lo material como de amor.
Muchas gracias por compartirlo.
Que pases una muy felíz navidad poeta!
Que el Sr. Jesús te bendiga a tí y toda tu familia
Hermoso relato bordado de piedad y amor; nobles sentimientos que el mundo necesita par evitar du debacle final. Mi cálido abrazo lleva y gran cariño y mis mejores deseo para ti y familia esperando disfruten estas pascuas llenos de amor y fraternidad.
Genial estimada Ellie tu hermosa y bien escrita prosa literaria Navideña
Feliz Navidad desde España
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