Mi vida, ¡hijo del alma!, sin tu enorme presencia,
nunca jamás volverá a comprar nuevas sonrisas.
Recuerdo, mientras me lacera el dolor, tus prisas,
la moto, la gran velocidad... Llegó tu ausencia.
Con tu llegada nuestra vida cobró un sentido.
Verte crecer, llorar … permanecer desvelado.
Tu madre reconviniendo a nuestro ser amado.
Y ahora te perdimos. En fin, es un sinsentido.
Fue fugaz esa travesía de tu vida, juntos.
Recuerdos, todos. Los nuestros… pero hoy ya sin vida.
Cual piel que muda. Con fecha de caducidad.
Nuestras charlas de madrugada, en unos minutos
se fueron, sin poder preparar la despedida.
El duelo inconcluso ¡persiste infelicidad!
- Autor: Joaco Marqués ( Online)
- Publicado: 25 de diciembre de 2024 a las 07:49
- Categoría: Perdón
- Lecturas: 2
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