Se ha retirado la mar.
Ahora estará durmiendo.
Mientras que yo, aquí, sentado
en la proa, me contemplo
en su tersa superficie
como en un bruñido espejo.
Yo me encuentro aquí señores.
Y estoy aquí porque quiero
poder dividir los mares
con un cuchillo de acero.
Y le pondré en cada orilla
un faro color de cielo.
Encenderé por linternas
dos, corazones de fuego.
Y haré varar mi fragata
en el pasillo del centro
con las velas recogidas,
¡sin armas ni marineros!
Plantaré de caracolas,
surco a surco y trecho a trecho,
para que ellas le susurren
a mi remanso de versos.
Y el céfiro que acaricia
la azul dehesa y el cielo,
dejará sobre mis labios
el salitre marinero.
Mas, cuando la mar despierte
del profundo y largo sueño,
ella, querrá ser mi novia,
y yo, su amante y su dueño.
- Autor: El Chikito (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de diciembre de 2024 a las 09:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, JacNogales, EmilianoDR, Pilar Luna
Comentarios1
Elias ha llegado a mi boca, el salitre marinero y camino por la arena, recogiendo caracolas.
Abrazos y gracias, me ha fascinado.
Muchas gracias amiga ElidethAbreu. Yo adoro la mar y tengo la gran fortuna de verla cada día y hora desde mi casa y aspirar su aroma y salitre siempre que paseo por su ribera, que es casi a diario. Saludos.
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