Hoy recuerdo mucho las tardes de cielo gris,
desgarrado
y a veces furioso viento.
Entonces jugaba con sus ensortijados cabellos
mientras acostados,
al pie de un viejo álamo de la universidad,
observábamos,
en unidad binaria, el horizonte de nuestras
vidas.
Yo no llevaba, entonces, cicatrices en el cuerpo
ni heridas en los ojos,
vivía como un alegre ciervo en su ultima
inocencia
y ella sin las ataduras de los años sonreía
con la luz ebria entre los labios.
Era la vida golpeando con una sonrisa la puerta
del amor, la fruta desnuda del paraíso
saltando en llamas sobre nuestro destino.
Es diciembre y mis ojos aun llevan los veinte años
de la angurria
y mis venas
la sangre de las flores salvajes de la alegría.
Nada es ajeno a la memoria
que aun hace brillar a los huesos en medio
de la noche.
- Autor: Matias 01 ( Offline)
- Publicado: 26 de diciembre de 2024 a las 18:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: JAGC, NathanFk, EmilianoDR, alicia perez hernandez
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