COINCIDENCIAS EN UNA LIBRERÍA DEL CENTRO

COINCIDENCIAS EN UNA LIBRERÍA DEL CENTRO

¿Quedamos a las siete en la puerta de Compás?

Me acercaré esta tarde a la librería Compás

y preguntaré por aquella novela que me recomendaste.

¿A dónde te encaminas? Voy a Compás a compararme un libro,

le preguntaba un estudiante a una estudiante.

El mostrador era un tabla de madera blanca,

seguramente de pino, y el resto del mobiliario

también parecía moderno,

funcional, aunque no austero.

¿Oye, dónde está la librería Compás?

preguntaba un profesor recién llegado.

Por el centro, cerca de la plaza de toros.

¡Anda! ¿Tú por aquí? ¡Qué casualidad!

decía otro, pero en el fondo no era así porque

a esta librería acudíamos todos los estudiantes

en busca tanto de libros de texto como de recreo,

los profesores, los estudiantes, los escritores esquivos,

y allí dentro o por sus alrededores

se trababan todo tipo de relaciones entre personas

de parecida condición,

como si perteneciéramos a un mundillo

selecto o solo para iniciados.

Me acercaré a Compas esta tarde después de salir de clase.

Si quieres nos encontramos allí.

Pues el dependiente propietario era un tipo

maduro, alto, con la cara ancha

y la expresión comprensiva,

el único capaz de no echar para atrás a nadie,

como el que está acostumbrado a lidiar

con todo tipo de casos y de circunstancias fuera de lo común.

Gaspar Jover Polo