Yo soy ciudadano del Reino de Dios
En el vasto reino de amor y fe,
un hogar eterno yo encontré.
Bajo el manto de la gracia divina,
mi corazón en paz se reclina.
No hay fronteras que mi espíritu aten,
en este reino donde mis sueños laten.
Con la luz de su amor como guía, vivo cada día con nueva alegría.
En el silencio de la oración sincera,
encuentro la fuerza que nunca se altera.
Como un río de esperanza y de fe,
fluye su gracia en mi ser, lo sé.
Los vientos del mundo pueden soplar,
pero en su reino, nada me hará temblar.
Con la verdad como mi fiel escudo,
el miedo y la duda han sido destruidos.
En la comunión de los santos cantos,
unidos en amor,
borramos quebrantos.
En cada abrazo,
en cada mirada, veo su rostro,
su promesa sagrada.
El reino es vasto, eterno su suelo,
aquí no hay lágrimas,
solo consuelo.
En su luz infinita,
soy libre al fin,
ciudadano soy, en su reino sin fin.
Mis pasos firmes,
su senda han encontrado,
en su presencia,
mi ser es transformado.
En cada gesto,
en cada acción,
llevo su amor como proclamación.
De todas las riquezas que pueda soñar,
ninguna como su paz puedo hallar.
Soy ciudadano de un reino sin fin,
donde la esperanza es un eterno jardín.
No hay oro ni plata que pueda comprar,
la paz y el gozo que él puede otorgar.
En su amor y su verdad,
encuentro mi ser,
ciudadano del Reino, siempre a su merced.
En la alabanza y en la adoración,
mi alma eleva su humilde canción.
Cada día en su gracia caminaré,
y su nombre en todo tiempo alabaré.
Comentarios1
Mis más sinceras felicitaciones al primer poema del año, y que mejor manera de empezarlo que la fe y esperanza. Mis saludos y aplausos.
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