Recóndito remanso otoñal.

Randy Mueses

 
Existe una cabaña internada
en el medio del bosque 
envuelta en hojas y trébol amarillo 
donde resuena una música gregoriana 
el canto de las avecillas,
la leve corriente del arroyo,
el viento abanicando la copa del árbol.
 
 
 
 
 
Una floresta de rosas,
senderos pedregosos y 
todo el verdor de una
exuberante vegetación 
el alba llega sin aviso,
el ocaso se marcha lentamente
por los cerros del oeste.
 
 
 
 
 
Lirios, hortensias 
hibiscos, claveles 
de todo hay en nuestro jardín.
Serenas mañanas,
tardes cálidas, noches frías
podemos besar la luna 
no haremos el amor, el nos hará. 
 
 
 
 
 
Un nido de amor, un lugar soñado 
la neblina mañanera la abraza 
el viejo molino nos dará de beber 
la arboleda nos brinda una aura de paz
podemos tocar el cielo 
podemos volar, crear, reventar.
 
 
 
 
 
Existe una cabaña frutal, fluvial
con un vasto arroyo de agua dulce
y una mansa cascada de nardos
senderos abrigados por jacarandas
 
 
 
 
 
Germinara un amor que 
quebrada su inocencia solitaria 
y ahí estaremos solos tu y yo 
en un día sin fin, 
para extenuarnos de ternura.
 
 
 
 
 
 
 
 
Todos los derechos reservados©
 
 
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