Hoy despierta el día, vestido de luminiscencia,
un regalo secreto que la vida concede,
trazando senderos hacia futuros intactos.
La sonrisa del niño
es perla clara en el rumor de los humanos;
quiebra el peso de los días oscuros,
sus ojos escriben, en tinta invisible, la palabra confianza,
y en su mudez nos evoca
la bondad que todavía duerme en nosotros.
La sonrisa no traiciona.
Es el refugio del alma frente al paso del tiempo,
un reclamo callado
que implora abrazos limpios y sendas sin espinas.
Suave pacto de armonía,
en ella se graba el deber de quienes le guían:
erigir sueños que rocen el cielo,
cultivar raíces profundas en el árbol de justicia,
enseñar que el amor es el precio auténtico
de un espíritu que respira en libertad.
Y así, en su madurez,
su sonrisa se convertirá en la estela de otra luz nueva,
la herencia intacta de un mundo que siempre renace.
José Antonio Artés
- Autor: José Antonio Artés (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de enero de 2025 a las 20:33
- Comentario del autor sobre el poema: Intento transmitir que la inocencia de los niños es tanto una enseñanza como una responsabilidad. Los adultos, guardianes de esa sonrisa, tienen el deber de transformar el mundo para que esta pureza encuentre un lugar donde prosperar, floreciendo en concordia, justicia y amor.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, marha san antonio, JUSTO ALDÚ, JAGC, Mauro Enrique Lopez Z.
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