En la vasta inmensidad del cielo negro,
donde el susurro de las sombras toma su curso,
las estrellas, tímidas, tiemblan en su reflejo,
y la luna se oculta tras su manto difuso.
Un océano sin fin de tinieblas se extiende,
bajo un telón donde el tiempo se desvanece,
y cada suspiro del viento entiende
que la oscuridad en su abrazo florece.
La oscuridad, como un manto profundo,
cierra los ojos del mundo, sin piedad,
pintando de sombras este rincón fecundo,
donde la noche susurra su verdad.
El cielo, profundo y eterno, guarda secretos,
y en su vastedad, no hay límites ni fronteras,
las estrellas, como susurros inquietos,
se ahogan en el abismo de sus esferas.
La luna, en su viaje lento y callado,
observa el paso de los sueños perdidos,
mientras los ecos del tiempo, de algún modo,
se diluyen en susurros convertidos.
Y así, en el cielo de la oscuridad,
cada estrella, aunque distante, se enciende,
como una chispa de amor, de ira, de verdad,
que al fin se extingue, pero nunca muere.
En la oscuridad, los temores florecen,
y los deseos perdidos se hacen sueños,
el universo entero en su calma parece
guardar la verdad en sus propios dueños.
El cielo de la oscuridad, sereno y callado,
es un océano de pensamientos y miedos,
pero en sus aguas, por siempre arropado,
se encuentra el misterio de todos los recuerdos.
- Autor: Daniii (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de enero de 2025 a las 19:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: nachosol, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez, EmilianoDR
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