La Trampa del Placer

Danielagolian

Desde el principio supe que me estrellaría contigo,  
pero cómo disfruté cada momento de este viaje.  
Fue algo largo, un poco tedioso podría decir,  
pero el más satisfactorio.  

¿Sabes qué es difícil? Preguntarme  
"¿Ahí es? ¿Pertenezco a este lugar?"  
Si estuviera segura, no tendría ese dilema.  
¿Habrá servido de algo estar donde debía,  
si no podía estar donde realmente quería?  

No quiero seguir aquí, quiero elegir.  
Es complicado que tu persona favorita termine siendo una lección;  
al final, son las lecciones más significativas las que realmente tienen peso.  

Me gustaba tanto tu energía, tu esencia,  
esos grandes detalles que hacían que me hechizara tu apariencia.  
Tan opuestos pero complementarios,  
mi gran placer culposo.  

Actuaba como una niña solo para llamar tu atención;  
solo quería eso: tu mirada en mí.  
Esa noche, tu mirada penetrante quedó grabada en mí;  
necesito tatuarme esa mirada.  

Yo no soy un ángel; he consumido,  
he devorado a otros para llenar mis vacíos.  
He clavado mis dientes en el cuello de alguien más solo para hacer daño;  
cada acción está fríamente calculada.  

Tú sabes que cuido cada detalle; no es casualidad.  
Y no me enorgullezco, pero lo hice: soy una sobreviviente  
de alguien que consumió mi corazón;  
de la manera más dulce me lo envenenó.  

Sé que el amor no debería de ser eso 
consumir o ser consumido, pero termina siendolo.  
Inevitablemente te vas a caer; mi corazón últimamente ya no te siente,  
pero créeme que aún te ve.  

Sabe que ahí estás; no puede quitarte la mirada.  
Tus latidos en mi mano son una huella dactilar para mi cuerpo.  
Sé que hay semillas que no crecen al instante,  
y tú fuiste una de ellas, la excepción a lo instantáneo.  

Pero ese crecimiento fue el florecer más hermoso que pude apreciar.  
¿Se puede llegar a arrepentirse de renunciar a algo que dolía?   
Algo con espinas que te hagan sangrar 

No lo sé, porque en mis momentos más lúcidos,   
vuelvo a escucharte y deseo leer un mensaje de esos que me ponían tonta.   

Eras el desastre con la sonrisa más tentadora que pudiera existir;   
tu verdadera trampa mortal.   
Tu picardía me consume;   
me hacías agua con solo rozarte.   

Esa noche supe que mi mejor pijama fueron tus manos en mi piel,   
y mi mejor accesorio fueron tus dedos apretándome.   
Perder el sentido por ti se ha vuelto lo más cercano a encontrar mi cordura:   
una cordura fugaz pero tan satisfactoria.   

Eres mi dulce favorito, el más adictivo;   
esas ganas acumuladas por todo este tiempo no se van   
no dejes que incrementen; acábalas por favor.   
Déjame seguir saciando mi hambre; aliméntame.   

Sé que no me dejarás en el aire,   
sé que me darás de comer;   
sé que la respuesta siempre ha estado detrás de mis ojos, siempre la veo.   
Pero qué necia soy... ¿En quién me ando convirtiendo por placer?   

No te deseo a mi lado,   
pero sí quiero tenerte para toda la vida   
y comerte cada vez que me plazca. 
¿En qué me he convertido? ¿Seré una caprichosa?  

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