Creyendo que la vida era sólo presente,
anoche soñé que todo terminaba,
y sentado en la butaca,
repasaba los créditos finales,
del filme que me proyectaban los recuerdos.
Nombres, actores, escenarios,
guiones aprendidos y olvidados,
luces, sombras, canciones y silencios,
todo mostrado como coristas sincronizadas,
en un desfile sobre el escenario.
Con claridad prístina,
las imágenes soberbias cautivaron mi atención,
es difícil fingir que la realidad no existe,
y que el actor en escena,
es un extra que me dona su fachada.
Vacías, insustanciales,
las escenas de amor carecen de la entrega,
la desnudez adolece de suavidad,
los cuerpos se muestran toscos, ásperos,
los besos se advierten insípidos.
las manos vacías,
los latidos agonizantes.
Un instante de luz externa ilumina las sombras,
de pronto, un hijo angélico brota de mi alma,
no del cuerpo, no del vientre, del alma,
como si el capítulo se titulará,
Nacido para ser luz.
Y ella estaba ahí, pariendo la vida,
la del niño, la mía,
para hacerme despertar,
y abrazarme a su cuerpo,
a la realidad del hoy y el ahora.
- Autor: Jose Barrientos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de enero de 2025 a las 09:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: JAGC, Mauro Enrique Lopez Z., Lualpri, JUSTO ALDÚ, EmilianoDR, Paris Joel
Comentarios1
Son los poemas que me gustan. Un placer leerte amigo.
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