En una biblioteca cósmica un viajero consultó un libro un día
Era su diáfana sala un recuerdo de la biblioteca de Alejandría
Sus hojas se quemaban luego de recitar el contenido de sus líneas
El códice era la vida del mundo hablando através de su prosa ígnea
Su voz narraba la historia del mal en el tablero de la humanidad
Y sobre el viajero ignoto que lo consultaba, no hay nombre ni edad
Ya testigo clave de una larga patraña, prefirio reservar su identidad
Horus pensaba en la dura que es la vida para los dioses
Ser el mayoral de una granja de pastores voraces, feroces
“Extraño mi casa en el Cielo, así que mi cetro toma faráon”
“Cobra tributo a tus subditos, que yo les cobraré devoción”
“Fecunda la tierra, domeña a las tribus que alzarán Egipto”
“Volveremos con mi corte a Orión, nos tornaremos un mito”
Era el periplo primigenio que las hojas del libro tenían escrito
Cuando la alta vida extorsiona al poder le impone este precepto:
Gracias a mí puedes vivir, tira la bazofia a la tierra y dame alimento
Y como las ansias de sus supermentes dejaban la que Dios es Cristo
Volcaron su ira en la Tierra, y así nació el slogan: Consumo, luego existo
Mauricio Terragno Artemidoro
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- Autor: Mauricio Terragno Artemidoro ( Offline)
- Publicado: 8 de enero de 2025 a las 20:30
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: JUSTO ALDÚ, Josué Gutiérrez Jaldin, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR
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