En la penumbra suave de la noche estrellada,
nuestros corazones laten, en una danza callada.
Tus ojos, dos faroles que iluminan mi camino,
en cada parpadeo encuentro un destino.
La brisa acaricia nuestra piel entrelazada,
susurra secretos, viejas historias olvidadas.
Tu risa es un canto que embriaga mi ser,
y en cada nota dulce, me vuelvo a perder.
Bailamos entre sombras, con pasos temblorosos,
el mundo se detiene, en momentos preciosos.
Tus manos son la brújula que guía mi andar,
en este vals de dos, nadie nos puede separar.
Las estrellas nos miran, como testigos fieles,
de un amor que florece, como en los más bellos papeles.
Y si el tiempo se detiene, si el alba llega a brillar,
sabré que en tus brazos, siempre quiero estar.
Tú, mi eterno refugio, mi sol al despertar,
en el lienzo de la vida, solo tú sabes amar.
Así, bajo la luna, nuestros sueños volarán,
y en un susurro eterno, siempre juntos estarán.
- Autor: sti ( Offline)
- Publicado: 10 de enero de 2025 a las 23:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Jaime Alberto Garzón, ........................, Mauro Enrique Lopez Z., El Hombre de la Rosa
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