“El vacío no significa ausencia,
en la profundidad los ecos de un enigma
desértico, dialogaba con la soledad.
Es tanto el silencio que se escuchaba.
El pozo de agua,
un espacio de memoria
como el inicio y el fin de todo.
El hombre huye,
de sí mismo, la memoria
es tan brutal, que cambian
las huellas de la arena,
las grietas de la ciudad,
y lavan las esquinas de huellas.
El ciruelo, mudo testigo del asfalto
calla, pero su fruto partido,
guarda las sombras del tiempo,
el espejo de las estaciones,
y las manos que esconden la realidad.
Tu alma,
pozo profundo que esconde un vacío,
una ausencia para desprenderse
de la memoria”
En el fondo del pozo,
el joven, comprendió
que no era el principio
sino el final.
El vacío por llenar
nacía en el presente,
un espejo donde la memoria,
jugaba con su rostro,
reflejado en la tranquilidad
de la humedad.
El pozo siempre espera
ser descubierto para dialogar,
responder las preguntas,
de los fragmentos del pasado,
y armar el puzzle de la humanidad.
Miraba dentro del pozo,
buscando algún ser vivo,
girando,
sobre las manchas de humedad,
había un espejo, le dijo:
“No te temo”,
el pozo dejo de ser un abismo,
o una pausa de muerte,
luego, encontró la ausencia,
como un niño travieso,
armaba los eslabones de la memoria,
como el final de un nuevo principio.
En la ciudad,
aun se preguntan:
“¿El ayer es el inicio o el final de la memoria?”
- Autor: OscarCampos ( Offline)
- Publicado: 11 de enero de 2025 a las 07:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Sierdi, ElidethAbreu, EmilianoDR, alicia perez hernandez
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