SIEMPRE ENCENDIDA LA PIRA

GDA

Te amo, oh mía, en cada desgarre de la atmósfera
cuando el sol proyecta vitalmente su irradiación,
te amo, cuando el crepúsculo pinta la estratósfera
después de la jornada del día, qué fortuna,
y cuando el bardo se inspira bebiendo su brebaje,
te amo, ¡ay!, que los cielos permitan que podamos
entregarnos… mientras el mundo gira y gira,
retribuyéndonos con las fruiciones que nos concedemos,
manteniendo así, siempre encendida la pira.

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