HACERSE VIEJO

José Fas Fonfría



HACERSE VIEJO

Que tristeza, y que ilusión haber llegado a viejo.
Tristeza por la gran cantidad de cosas, y hechos…
que he ido dejando atrás, con agraciado reflejo.
Cosas, unas buenas y otras propias de desechos.

Pero que todas han formado parte de mi vida.
Y los hechos, unos alegres, y otros lamentables,
todos vividos con cordura muy sufrida y merecida.
Sucesos de mi vida, gestas todas imborrables.

¡Qué ilusión y alegría haber llegado a viejo!
Quien me lo iba a decir a mí, a aquel joven niño
que miraba con cierto asombro a los mayores,
a los viejos de entonces, sin ni siquiera pensar
que es un premio de la vida el llegar a esa edad.

Un premio merecido y sufrido con toda libertad.
Hoy, casi en el cenit de la vida, sigo asombrado,
por las adversidades que he tenido que salvar…
para gozar y llegar al día en que me encuentro hoy.

La vida ha sido, y será para todos, la mejor escuela
con la que pueda disfrutar y aprender el ser humano.
Con ella aprendemos día a día a existir como niños,
y seguimos estudiando a diario para vivir como adultos.

Para llegar a viejo aprendes diariamente sin darte cuenta.
Viajando paso a paso hacia la madurez, se aprende
sin notarlo, a caminar más lento, más poco a poco,
sin dejar de lado las actividades y vicisitudes diarias.

No es fácil hacerse viejo, es en cierto modo difícil.
Pero la ventaja es que no cambias de joven a viejo
de un día para otro, dispones del tiempo necesario
para ir aprendiendo sin prisas, pero sin pausas.


Mirándote regularmente al espejo, aprendes a aceptar
los cambios graduales de tu habitual y familiar rostro.
Aprendes a ir dejando de ser quien eras, para aceptar
ser, la nueva imagen en la que te estás convirtiendo.

Aprendes a valorar y llevar con cierto orgullo el nuevo
físico que vas adquiriendo, dejando a un lado, el temor
al qué dirán los demás, pues te resulta fácil comprender
que es una vivencia por la que todos solemos pasar.

Yo soy de los que piensan, que hay que aceptar estos
cambios con naturalidad, y sin ninguna preocupación
relevante. Sin tenerme por pasota, lo que tenga que ser…
será, lo natural es un factor comprensible e irremediable.

Si vives y compartes tu vejez con conocidos, amigos y
familiares, te resulta más llevadera y complaciente.
Pero pienso, en los de la otra acera, en los que la viven
solos, y, sin otra compañía que… el despertar de cada día.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios1

  • Polvora

    Llegar a viejo y llegar Feliz .
    Un saludo .

    • José Fas Fonfría

      En todo momento de la vida tiene que reinar la felicidad, y si hablamos de la vejez, con más motivo aún. Saludos cordiales.



    Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.