A una mujer trigueña.

Mil vaggio

 

 

Te quiero azul como el cielo deslumbrante,

como ola de mar sin fin,

como crepúsculo pintado por Caravaggio.

Eres más que flor y que poesía,

más que amor y alegría.

Te quiero porque de quererte retoña mi alma,

porque de amarte me nace la vida.

Alma de luna, corazón de estrella,

floreces lo mismo en invierno que en primavera.

A ti vengo con mis alegrías,

en ti se regocija mi anhelo.

Te quiero, vida mía,

te quiero con las fuerzas que poseo,

con el calor de mi cuerpo.

Conozco tu silueta, que ama ser descubierta,

sé el rumbo de tus pasos,

la pasión de tus labios.

Miras y el mundo se aquieta y se estremece.

Hay amor en tu existencia,

y cada que amanece, tú me colmas de paz

y emerjo a la existencia.

 

 

 

 

 

 

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