migajas.

Caen sobre mi, las migajas

de esta vida gota a gota,

son como luces, como ráfagas

de un carrete entre mil hojas.

La explosión de los silencios

la noche gris sin la aurora,

el meditar de los tiempos

la luz, que aclara la sombra.

Son efímeros recuerdos

y forzosos despertares,

agonías entre frases

y holocausto, de los sueños.

Caen migajas en mi carne

en forma de cuchilladas,

entre letras y renglones

despierto de madrugada.

Este silencio que oculta

las dudas, las ilusiones

son culpables decisiones

de soñar sintiendo culpa.

Y caen migajas de deseo

de un amor, que está lejano

y es la pluma en mis manos

mi alma, mi instrumento.

Caen, inertes las migajas

sobre mi, sobre mi cuerpo,

y escribo letras soñadas

que nacen, de un amor muerto.

Soledad, que tiene el alma

de un corazón malgastado,

son poemas con sus versos

de migajas, transformados.

Sueña el poeta el pasado

y lo escribe cual futuro,

notando que ese es su mundo

entre letras, desquiciado.

Y escribe al atardecer

cuando el sol no tiene rayos,

y sigue al amanecer

con sus versos despertados,

caen migajas sobre mi

de sentimientos cruzados

y con migajas, escribí

los poemas olvidados.

Letras que están enfermas

de soledad, de ilusión

y en migajas de emoción

se llenan de vida plena.

Soledad tiene el poeta

mezclando papel y tinta,

y con migajas de vida

resucita sus poemas.

Siguen cayendo migajas

entre la noche dormida,

y entre la angustia y la causa

nace de el, otra poesía

todo ello entre migajas,

pasa el poeta sus días.