El depredador se soltó,
la negación no lo eliminó,
se liberó de las cadenas
rasgó la ilusión de la salvación.
Reapareció con más ira
por causa de su represión,
la imágen es tan aterradora
su tamaño tan enorme...
que el trauma surgió de mis entrañas
con fuego devorador,
subió al centro mismo del cerebro y ahí
se depositó, trepanó el cráneo, y vulneró mi consciencia.
Rasgó el velo construído por tiempo indefinido,
que al final ni sólido resultó,
fina tela transparente de parches viejos derruidos,
recurso de mi alma para evitar la aniquilación.
La espesa sombra nubló todo pensamiento lógico,
se instaló de nuevo, más allá de mi decisión,
traspasó la última fortaleza, la última puerta de contención,
y como un caldero hirviendo en fuego abrasador
devora lentamente la supraconsciencia y se obsesiona
una vez mas con la oscuridad.
Fuego, agua, viento, tierra limpia mi trauma
ahora y para siempre.
Una vez hui
otra me paralicé,
ahora tomo mi poder,
fuego purificador alquímico,
aguas de sabiduría y verdad,
viento liberador,
tierra anídame en tu regazo,
Sanación ancestral hoy y para simpre.
Este dolor no es mio.
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Autor:
Maribel del Ser (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 13 de enero de 2025 a las 10:03
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: nachosol, Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, Pilar Luna
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