Tu sombra de mi conocimiento

No te conozco lo suficiente

lo suficiente para caminar contigo

para que me cuentes tus dolencias

para cuidar tus pensamientos

para confiarte mi vida.

Apenas lo suficiente para soñarte

para intuir tus temores

para pensarte en mis silencios.

Pues solo conozco una sombra de ti

esa que paseas a ratos

con la tenue luz de tu vela

lo cual no es mucho.

Y, aun así

es suficiente para verte

no de la cara a los pies

sino del corazón al alma

donde las palabras no llegan

pero la verdad existe.

Dicho esto

¡cómo agradecería más días soleados!

Más momentos en los que tu sombra

esa por la que te intuyo

se atreva a mostrarse completa

para verla más de cerca

más detenidamente.

A ti

esta vez no del corazón al alma

sino a ti

entera, imperfecta, real

lo cual es bastante

ya que no te conozco lo suficiente.