Estaba tan hermosa, tan radiante, que mi corazón me gritó con furia: "¡Te odio! Te odio por dejarla ir". Sus palabras resonaron con tanta fuerza que me dejaron sin respuesta. Solo atiné a mirarlo en silencio, mientras pensaba: "Es que ella no nos quiere".
Pero me escuchó. Y, como si esas palabras llevaran un soplo de ternura, mi corazón se ablandó y, con él, también mi alma. Ambos, juntos, casi lograron convencerme de escribirle, de buscarla y decirle: "Intentémoslo una vez más".
Sin embargo, esta vez pudo más la razón, aunque confieso que fue una batalla difícil. Porque estaba tan hermosa... Su belleza no necesitaba de la luz; era la luz la que parecía necesitar de ella.
Suspiré profundamente y le dije a mi corazón:
—No, corazón, ella no nos quiere.
Y entonces me entendió y, entre lágrimas, me respondió:
—No, ella no
nos quiere.
- Autor: Poeta Sarcástico (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de enero de 2025 a las 21:14
- Categoría: Triste
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, Mauro Enrique Lopez Z.
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