Mis ojos sangran al ritmo de la luna,
mi garganta reseca ruega por cantar la tonada,
aquella que escuché alguna vez salir de tus
labios escarlata en una noche de otoño.
Mis manos buscan poseer aquello que está lejos
pero que tú siempre me ha mostrado lo contrario.
Al final, la luna juzga mi ser con una lluvia
de plomo rojo, al final tu eres mi verdugo,
estoy postrado ante ti, esperando tu veredicto,
aguardando mi final, que, así como mi vida,
ahora te pertenece.
- Autor: Post Pupila ( Offline)
- Publicado: 16 de enero de 2025 a las 14:55
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.