Lluvia

Lluvia que habitas el gris del cielo,

que al caer dibujas senderos de duelo.

Eres canto sereno, un latir escondido,

la danza del tiempo en lo desconocido.

Tu esencia despliega el aroma olvidado,

de tierras dormidas, de sueños callados.

En cada gota, una historia se cuenta,

un rastro sutil que la tierra lamenta.

Eres frío abrazo en noches sombrías,

melodía infinita que rompe los días.

Cantas al viento, susurras verdades,

llevas secretos entre tus caudales.

Lluvia que besas los rostros cansados,

que encharcas caminos, que curas pecados.

Eres la calma que sigue al estallido,

el llanto del cielo, su eco perdido.

Rompes silencios con ritmo constante,

eres viaje etéreo, del todo distante.

Eres espejo de aquello que calla,

la lágrima dulce que nunca se halla.

Lluvia, que al caer devuelves la vida,

en cada gota, esperanza escondida.

Eres el ciclo, el fin y el comienzo,

un susurro eterno, profundo e inmenso.