VELAS

Hernán Mejía Silva

Lleva su corazón iluminado,

por el sendero alado,

pareciera una alucinación,

pero es el inicio de su transformación.

 

Se apaga la flama de cuando en cuando,

nadie mejor para soportar el desencanto,

sin fuego aún existe el calor,

sin sufrimiento hay amor.

 

El camino lo marcan las luces,

unas pálidas otras cegadoras,

es la compleja vida con sus cruces,

con sus soledades y sus bellezas abrumadoras.

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