Por la ancha orilla de una playa nacarada,
siendo ya noche de soledad avanzada,
un joven soñaba a la luna de cristal,
su ser, un pálpito de devoción vestal.
Una sirena grácil, de piel irisada,
se dejó ver sobre la arena blanda y húmeda;
recitó su embriagador canto de coral,
son irresistible de salmodia ancestral.
Los labios del mancebo rozaron el agua
en un ósculo donde la muerte se fragua.
Cándido, probó el fuego del amor prohibido,
el terciopelo de su abismo perseguido.
Con su hechizo dulzón se lo pudo llevar
al hondo misterio del corazón del mar.
Bajo una estela azul, ahogado murió,
la odalisca de su vida se apoderó.
Un arpegio lánguido sonó con el viento,
y allá en la playa quedó solo su lamento.
Recuerdan los pescadores el esqueleto
cubierto de algas y una sonrisa de muerto.
Esta fiel leyenda de la Dama de Luna
se escucha en algunas noches de mar serena,
cuando Eolo a solas por la playa camina
creando finas burbujas de aguamarina.
- Autor: Salva Carrion ( Offline)
- Publicado: 19 de enero de 2025 a las 11:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Sierdi, Salva Carrion, Soponcio, Mauro Enrique Lopez Z., Sami Sanz, pasaba, ElidethAbreu, Josué Gutiérrez Jaldin, EmilianoDR, Paris Joel, Alexandra L
Comentarios2
Hermosa playa nacarada contenida en una leyenda que has aromatizado en cada verso querido Salva.
Gracias por tus letras.
Abrazos.
Elideth, hola.
El beso entre un joven y una sirena es un tema recurrente en cualquier literatura. Siempre queda algo de misterio y cierta morbosidad.
Me alegro que te haya gustado.
💜💜💜
PD: son cuartetos, alejandrinos franceses, de trece sílabas por verso; y sin hemistiquios.
Hermosa leyenda la que nos compartes, grata lectura.
Saludos, feliz día, Alex.
Alex, rehola.
Gracias si te ha gustado.
El amor es siempre un tema poético.
💜💜💜
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