Recuerdo aquellos días de la infancia
soñando con sirenas de coral,
nublaba, mis sentidos, su fragancia,
igual que una sonrisa angelical.
Hoy veo, con agrado y elegancia
el tiempo que ha pasado en un cristal,
la bola de inocencia e ignorancia
reflejo de un principio y de un final.
Acepto de ese tiempo el contenido,
dejando en el recuerdo, tanto encanto,
y admito que he amado y he querido.
Por eso, en el presente, evito el llanto,
y surge la sonrisa en el gemido,
lo mismo que la lluvia imita al canto.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/01/25
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 21 de enero de 2025 a las 04:34
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 0
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