Pidan permiso si guardan o les gustan mis pensamientos. A mí me gustaría que me avisen que alguien les gusto lo que ando publicando. Yo no tomo algo que no es mío.
Notó su peso pero no fue eso lo que le hizo reconocerle en los últimos años muchos y diferentes pesos habían hecho mella en su cada vez más frágil estructura. Debilitado por los años y magnificado aún en su estilo era una de las antigüedades más valiosas de la casa. Pálido por los años y con ligeras hebras blancas simulando canas aún ejercía con dignidad su preciado oficio. Era sólido señorial elegante discreto y con memoria una biblioteca de sensaciones conversaciones impresiones y sentimientos sí esos que a veces quedan en una piedra una mesa de café y un viejo sofá. Y por todo eso le reconoció su voz era tan diferente como su peso su aroma más sofisticado no escondía su verdadero olor. No sabía cuántos años habían pasado no entendía demasiado del tiempo solo de un espacio imperturbable y único. Se enamoró de su alegría de su cuerpo diminuto que apenas rozaba la tela de esos pequeños jugos y babas que llenaban de vida su apariencia muerta la rigidez de la estampa familiar se quebró con risas y llantos el orden se desordenó y el lujó se adornó de un chupete un biberón dos o tres juguetes y una manta infantil. Sus manos su cuerpo sus jugos fueron creciendo los pies de la infanta terrible dejaron su huella en la delicada piel de terciopelo. La vida se multiplicó y ahora recordaba con cierta añoranza tantos momentos. Fue testigo de esa primera mirada ese principio de beso el primer Amor puro y sincero ese cielo imperturbable sin nubes en el horizonte. Sintió su primer Amor mucho antes que sus padres esa ilusión desbordante que se escapa por las células. Esperaba con ansia su llegada para sentir en un vivo lo que a los muertos les está vedado y así como por casualidad conoció como se aman los niños adultos las caricias eran rápidas y escondidas con torpeza y ansia con deseo desenfrenado e irracional con quejidos mudos por lo prohibido. Aprendió a conocer su alegría y su dolor sus miedos sus ilusiones sus sueños los conseguidos y los rotos. Sus acariciadoras manos le contaban toda su manera de moverse inquieta y su excesiva quietud ¿En qué piensas? Le hubiera gustado gritarle si hubiese tenido voz. Soñó sus sueños vivió sus ilusiones sus miedos sus dudas sus decepciones. Sintió la lluvia de su dolor cuando ella se fue y las noches eran demasiado largas acogió su dolor con una especie de paternalismo tan potente que él buscaba su apoyo sin darse cuenta las horas en el sofá le resultaban más llevaderas. La nieve siguió cayendo en invierno y las flores renaciendo cada primavera y el adolescente dejó sus viejas camisetas en el armario se vistió de responsabilidad y se marchó. Esa tarde todo volvió.
- Autor: Chica romántica. (Seudónimo) ( Online)
- Publicado: 21 de enero de 2025 a las 08:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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