¿Dónde estará?

¿Dónde quedaron mis 7 años? El patio aquel de tierra, bajo la naranja agria, la huerta de café donde nos escondíamos cuando jugábamos al bote quemado, ¿qué será de mi bolsa de canicas, de mis Zapatos pelados de tanto patear un balón, de esas risas explosivas que no tienen etiquetas ni normas? Pienso en ese niño flaco que corría por las calles y era feliz con un peso en la bolsa; era feliz con casi nada, imaginaba mundos, inventaba armas inofensivas, y pensaba que los adultos habían nacido así y que los niños siempre serían niños. Creía en ese mundo de ciencia ficción y nada se lo impedía; era un río lleno de luz y claridad, un amanecer con cantos de pájaros y la luz desbordante sobre las montañas y los campos.La maldad no había sido inventada, ni el ajetreo de los días venideros; permanecía con la conciencia limpia, la mirada clara y el rostro enverdecido; él solo pedía jugar.