Suplicio

RojasM

Hoy día no hubo flores, ni Bizancio
floreció cual la espada
protectora del latino momento.
En nuestro espejo denota el cansancio,
dolor y sufrimiento
que dan los negros mares
al ser de sombra vacía y de nada.
Los ayeres parecen militares
dando el agravio perpendicular
al más plano mirar
surcando el firmamento,
pues, el viaje es pesado
y no existe Lacio al final del limbo;
pero del sentimiento
cuando no quiere hallarse afortunado,
da la vuelta, da vuelta,
y ve su sorda vista
en el mar seco de tiempos remotos.
Sigue siempre la pista,
pues hoy no hubo flores en el ser Celta.
Solamente las fotos
que explayan un amanecer furtivo
pueden desarrollar tan magnamente
lo que no se podrá hacer rudamente
bajo el desdén excesivo
del pensamiento humano;
¡Oh! Tempestad ¿Qué hiciera bajo el río
de sangrienta grieta por mi amorío?
Ya mis ayes resuenan en mi llanto,
Ya mis ayes resuenan en Berlín,
y el tan caro festín
de mi última vivencia
marcará mi quebranto
en tan especial ciencia
concebida cuando mi ser fenezca
en este día, vida, sin dolor.

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