En los rostros que encontramos a diario,pintamos trazos de nuestras heridas; gestos como sombras del pasado,ecos de penas inadvertidas.
En el tacto áspero, la voz cortante,
resuena el grito de noches sin luna;
cada herida se vuelve tajante,
cada cicatriz, una armadura.
Mas en la mirada furtiva y tierna,
se descubre el anhelo escondido,
de sanar, de encontrar en la caverna
un refugio, un corazón encendido.
Si tratamos con ternura al otro,
es un susurro de nuestra redención,
una memoria de un abrazo roto,
la esperanza de hallar conexión.
Así, en cada acto, una confesión,
que revela la herida ,somos espejos, en continua evolución.
Trazando el lienzo de lo sufrido.Que en cada encuentro, hable el alma,y las cicatrices se vuelvan puente,que el dolor sea convertido en calma, y en cada herida, brote la fuente.
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Autor:
Hugin & Munin (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 26 de enero de 2025 a las 04:51
- Comentario del autor sobre el poema: Cada vez que traté a alguien con amargura, era el reflejo de mis heridas. El mismo trato amargo que yo recibí de otros seres humanos. Por eso dejo expuesta una redención escrita, para no echarle la culpa a mis heridas. Soy yo quien está todavía curando heridas.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 38
- Usuarios favoritos de este poema: Jaime Alberto Garzón, EmilianoDR, Alexandra l, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, Mauro Enrique Lopez Z.
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