Es Ella...
Es ella, tan silenciosa como el tiempo,
una figura entre sombras que se hace luz
sin pedir permiso,
sin que nadie la llame,
y sin embargo, ahí está,
frágil como el roce de un sueño
y feroz como el viento
que barre con la tarde.
Es su nombre un eco,
un canto que se pierde entre las letras,
y cada sílaba se convierte en un río
que recorre mi piel
hasta que todo lo que soy
se vuelve nada más que ella,
como un imán que atrae cada palabra
a un lugar que no sé nombrar.
Y así, la musa se posa sin saberlo
sobre mis pensamientos,
y con un gesto apenas,
hace que los versos florezcan
como si nunca hubiera existido
un mundo sin ella.
¿Qué hace una mujer para convertirse en poema?
¿Cómo se transforma en lo que habita en mi garganta
y se alza como un sol
en cada punto que toco,
en cada espacio donde sus ojos no están
pero su reflejo sí?
Es un misterio que no importa desentrañar,
pues al escribirla,
la encuentro sin buscarla,
y la pierdo sin quererla soltar.
Y es que no se trata de un cuerpo,
ni de un rostro,
sino de esa chispa que arde en el aire
cuando ella sonríe
sin saber que lo hace,
cuando se cruza con el viento
y deja tras de sí
un rastro de palabras
que aún no he tenido tiempo de escribir.
Es en sus pasos donde nacen mis versos,
es en su silencio donde encuentran su eco,
es en su risa donde las sílabas
se sueltan como hojas
y vuelven a caer al suelo
formando algo que nunca fue,
pero siempre ha estado allí.
Y entonces, al mirarla,
sé que ella no es la causa de mis palabras,
sino su razón,
la única que justifica este temblor
que transforma el aire
en la música de un poema
que sólo ella puede comprender.
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Autor:
Ravniko Juur Holstain (
Offline)
- Publicado: 26 de enero de 2025 a las 17:45
- Categoría: Amor
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: migreriana, Jaime Alberto Garzón, ElidethAbreu
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