Ella era la cordura que al alma esclarece,
yo, la locura que todo descompone.
Ella era la magia que al corazón enriquece,
yo, la caricia que a su ternura se opone.
Ella era un beso cálido en una noche serena,
yo, la aventura que nunca sabe quedarse.
Ella era los lirios que perfuman la pena,
yo, la espina verde que hiere al abrazarse.
Ella era la insistencia del amor verdadero,
yo, la duda que enreda caminos y senderos.
Ella era la risa, el susurro primero,
yo, la sombra que calla promesas en enero.
Ella era el sueño, la fantasía rebelde,
yo, la realidad gris que el tiempo desgasta.
Ella era pasión que a la vida se prende,
yo, el reloj detenido, la rutina que aplasta.
Ella era la ventana abierta al porvenir,
yo, el eco vacío de un pasado sombrío.
Ella fue el río donde el alma quiere huir,
yo, la tormenta que agota ese río bravío.
Ella fue la aguja que cosía sonrisas,
yo, las lágrimas que caen sin aviso.
Ella fue el regalo que llena las prisas,
yo, la fractura de un amor indeciso.
Ella fue luz, aurora, vida, sol y encanto,
y yo, la noche que llora versos en su canto.
- Autor: Juan de Marco (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de enero de 2025 a las 14:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
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