La mirada de tus ojos – De la vida

… Y solo una mirada bastó, siendo, increíble,

Callando, y no encontrar la palabra, precisa…

syglesias

Presenta

Del ciclo de la Vida en Parejas…

La mirada de tus ojos – De la vida:

“A veces, la vida, dice, no siempre, será la última, vez,  

Pero, nada está escrito, para que no pueda, ser.”

Tus ojos son increíbles, por cómo me están hoy mirando,

Así, que cuando callo, por no encontrar la palabra, precisa,

No significa, otra cosa, que el dibujar una sonrisa, para ti,  

Cuando llegue el atardecer y deba irme, llevaré tu mirada,

Imborrable en memoria, haciéndome vivir por las noches,

Al no tenerte a mi lado, la soledad sería suave de soportar,

Siempre nos recordaré de esta manera, muy, abrazados,  

Pecho contra pecho, desnudo, uniendo nuestros, labios,

Acariciando tu cabello de oro, entrelazando los dedos,

Nunca, ha sido una tarea fácil a difícil, tener que partir,

Cuando el Sol se oculte al tener que cumplir otra misión,

Pudiendo ser la última, pero mi corazón, queda contigo,

Lágrimas han corrido por el rostro uniéndose a las tuyas,

Hasta ir llegando a nuestras bocas, sintiéndose la tristeza,

No se está exento que pueda ser esta vez una, despedida,

Así, que cuando no encuentro las palabras, como ahora,

Mi mirada en tu mirada, dirá, lo que mis labios, callan,

Mis manos, tus manos, no desearían tener que soltarlas,

Solo un minuto más de pasión es todo lo que pediría,

Mañana de amanecer al despertar, ya no estaré, aquí,

Pase lo que pase, esa parte cita de ti en mí, no morirá,

 Por muerte natural o de muerte elegida por el destino,

No terminará, otra parte de mí está muy adentro de ti,

Es solo, tiempo por espacio, para que lo veas, crecer,

Intentaré cuidarme llegado el momento, poder estar,

A tu lado, juntos para compartir ese instante de vida,

Nada sería, más grande, por hermoso, que ser papá,  

Pero si no fuese, así unas líneas he dejado escritas,

No soy un poeta, pero búscalas debajo la almohada,

Que todo lo que sé, es, intentaré el poder llegar a ti,

Dios, conceda la próxima vez, que la leas, esté ahí,

Secándote con mis labios las lágrimas de tu rostro,

Para que no sean, tus manos que la hagan, por mí,

Cada vez, que nos despedimos, cariño en misión,

Duele claro que suele doler y mucho, extrañando,

Y más por no saber, que esta sea la última, vez.  

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Sergio Yglesias García

Caracas, 26/01/2025 05:30 P.M.