TEPHROS

Ella espera que ponga mi cabeza en la horca,

pero no sabe que la quemaré como a una bruja.

Sus hechizos ya no engañan a este corazón negro;

puede devorar mi cuerpo, pero ni así tocará mi alma.

Ella cavó su tumba, se volvió una princesa más en la lista,

tan mentirosa como la víbora que engañó a Eva, pero aquí no hay Dios.

Ve mi carne fresca y quiere que me vuelva algo frágil,

pero no sabe que ya estoy roto y cada pieza suelta hace daño.

Su corazón es tan delicado a pesar de haber vendido su alma al diablo;

no hay arrepentimiento en esa lengua que devora el mundo.

Grita, grita, grita con todas tus fuerzas, pero sabes,

querida, lo que pasa… todos oyen, pero nadie escucha.

Vas a morir, y tú sola cediste la cabeza.

Los ángeles te mintieron cuando dijeron que matarme era un sacrificio.

Porque tú asesinaste este corazón que latía con pasión,

ahora late con odio.

Pero ni siquiera mereces mi odio,

porque te abandonaste a ti misma por un paraíso.

Que no es más que un infierno disfrazado.

Sigue durmiendo… que el sueño no termine.

Pero siento decirte que mi ballesta apunta directo a tu pecho.

Esta no es la flecha de Cupido.

Este es Tephros… y te hará expiar cada uno de tus pecados.

Muere por fallar tus promesas.