El sabor de sus labios es similar a las drogas
que consumen los adictos a la vida dulce con heridas.
Ella me eleva tanto que la caída siempre es grande,
yo agarro su cuerpo mientras su corazón se expande.
Enamorado del dolor, pintando sobre cuerpos abiertos,
el color de tu amor se derrama en cada gota de sentimiento.
Tu sangre es mi alimento, y tu alma, la acuarela húmeda
que siempre uso para empezar cada muestra espléndida.
Experimento con cada color oscuro y le añado un dulce singular,
tan incómodo, tan voraz y, sobre todo, especial a la hora de golpear.
Pequeñas hadas lloran mientras sus corazones brincan de emoción,
el demonio sabe ponerme en primera fila para ganar cualquier situación.
Mis versos malditos riegan cualquier campo muerto y lo vuelven arte abstracto,
con mi manera estúpida de rimar, pero a la vez demostrar mi gran falta de tacto.
Mis historias trágicas son pintorescas, pero pocos pueden sentir lo que siento
cuando mis dedos tocan las letras desde lo más profundo de mis sentimientos.
Veo muchos artesanos con obras que buscan el placer de los demás,
pero yo soy un artista que pone su placer por encima de esta inmunda sociedad.
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Autor:
Tephros (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 1 de febrero de 2025 a las 12:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, WandaAngel, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR
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