Afuera de una estación de trenes

Diego Rojas G.

Afuera de una estación, en las hierbas 

donde se sientan los que perdieron el tren, 

los que se arrepintieron de viajar, 

los que esperan un viaje seguro pero antes 

fuman cigarrillos mirando el cielo, 

los que aún no juntan la última moneda 

para comprar el boleto, 

los que definiran su destino a última hora.

 

Todos he sido en la vida.

 

Entonces cuando vuelvo,

de un extraño lugar,

de los pensamientos y los recuerdos,

allí están,

pero hoy vi una revolución en el cielo,

el cielo se quemaba, 

y el azur cielo tenía el sonido,

de las olas azules del mar con sus cristales,

y brisas y rocas,

hay un fantasma que soy yo mismo.

 

Y hoy el elixir del vino se convirtió en una luz,

tengo los ciclos en mi corazón y mente,

la poesía entonces existe porque es una pausa,

despues de vivir, 

entonces se puede vivir realmente,

y las palabras de la poesía,

al igual que sonatas de sangres,

al igual que esbozos en lienzos,

es una forma de tocar el latido de la luz,

que todo lo crea,

es la palabra que llega a esa luz y rebota,

entonces veo desde aquí sentado,

bebiendo el elixir, 

a todos esos que están afuera de la estación.

Me preguntan con quién hablaba,

y solo sonrío.

 

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