"Había gritado «¡Te quiero!» como se grita «!Adiós!»
Y: «¡No puedo separarme de ti!», con los ojos llenos de horror".
Claudine Collet, de su novela El trigo en ciernes, Le blé en herbe, 1923.
“¡Estrechamente todavía el alma, en la incisión del cuerpo!”
Saint-John Perse - Anábasis y otros poemas.
¿Qué fue de la réplica del temblor,
de la tibia incisión, del fruto del algarrobo?
¿Quién cantará el estribillo de las
buganvilias rozando el alféizar?
¿Podrá ver desde su orilla
la cabaña lejana, el terreno yermo?
En su último esfuerzo se pronunció diciendo:
"¡Tú ya hiciste todo por mí!"
como loba gris, arraigada a su estampa.
¿Y qué puede hacer un alma inhabitada
condenada a un fado sin respuesta?
Así, con el espanto en los ojos, ciega,
besé el cuerpo hinchado que tanto amaba,
porque amé con mi única posesión,
y estrechamente, de alba a alba.
Sin cumplir la promesa de los gansos,
me siento en mora con el guacamayo azul:
se enquista la ausencia.
Su recuerdo es un alminar desde
el que esbozo la plegaria;
la endecha de un coro angélico
escrito en las nubes de este letargo...
Y esta manera de morir tan lenta,
convocando un abismo inabarcable
que no sabe traer lo que me urge.
31/1/2025
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Autor:
Eva María, Amatista, Flor de Almendro (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 2 de febrero de 2025 a las 08:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
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