De repente, a lo lejos, esa melodía que desbarató mi paz. Que sacudió mi existencia en su máxima expresión.
Deambulando en círculo por el sendero angosto de mi habitación, divisé en lo alto del firmamento la Luna Roja, Luna de Sangre. Un aire frío e intenso se arrastraba por el piso serpenteando mi blanca túnica. Las hojas de los árboles de mi jardín encantado se miraban pálidas, y en su corazón, no existía latido. A lo lejos, muy lejos, la Mirla Encantada y el inquieto Micifuz, mi hermoso gato blanco, entrecruzaban miradas sorprendidas.
Arrastrada por esa amalgama de sentimientos y recuerdos. Gruesas gotas de un dolor profundo rodaron por mis mejillas y un vacío intenso se extendió en derredor mío.
Te creía perdido, más allá de toda lógica. Pero no, apareces como sombra al acecho envolviéndome entre las fauces de tus ansias infinitas, halándome una vez más, a ese extraño maremágnum de recuerdos dulces y amargos. No tienes idea de cuanto te amaba. Fuiste mi luz. Y hoy, una hora de obscuridad profunda. Una puerta sin salida. Un cielo sin estrellas.
Nebulosa perenne de sabor amargo
Me halas a tu morada sacudiendo mis heridas,
achicando mi existencia
Verte regresar, Amore Mio
Es un sueño que no acaba
Un piélago de esperanzas
Un nudo en la garganta.
* Imagen: Créditos a su creador.
Luz Marina Méndez Carrillo /02/02/2025/Derechos de autora reservados.
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Autor:
VITRALES DEL ALMA (
Offline)
- Publicado: 2 de febrero de 2025 a las 20:08
- Categoría: Amor
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, EmilianoDR
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