CRISÁLIDAS

ubik

Perduro

para que el mirar 

no sea solo el recreo

del viento,

 

una espina inventándose la brisa 

en la raíz del trino

que enciende  madrugadas 

de vecindades invisibles

 

cuando el silencio

es una bruma incandescente 

que me enseña a ver 

el osario de la luna llena

navegando diluvios

 

como los sueños de un pez de coral

cuya simiente melancólica sana

en el éxtasis invernal de las ramas

 

o en unos ojos de color burbuja

que esperan alcanzar 

la tierra firme del vigía

justo antes de desaparecer 

en vilo

con el alma en el alma

de una ondina.

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