Ecos de ti

germandario.

Pequeña, en este mundo de sombras y distancias, sigues siendo la ternura que mis ojos buscan incluso cuando sé que no debo mirar. Te pienso en los silencios más largos, en las noches donde el insomnio me susurra tu nombre con ecos de nuestros recuerdos, y aunque el tiempo nos dibuje en caminos distintos, aún llevo en mi piel el olor de tus huellas. No sé si el amor es aferrarse o dejar ir, si te extraño porque fuiste mía o porque nunca lo fuiste del todo, pero aquí estoy, atrapado entre el dulce veneno de lo que fuimos y la nostalgia de lo que nunca vivimos. Si alguna vez lees esto, quiero que sepas que no es una súplica ni un lamento, es solo la verdad desnuda de alguien que te ama con la certeza de lo eterno y la tristeza de lo imposible.  

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